viernes, 18 de noviembre de 2011

Balaenoptera musculus (ballena azul)




El rorcual azul (nombre científico Balaenoptera musculus), más conocido como ballena azul (aunque realmente es un rorcual, pues la denominación «ballena» sólo se aplica a la familia Balaenidae), es una especie de cetáceo misticeto de la familia Balaenopteridae. Mide entre 24 y 27 m de longitud y pesa entre 100 y 120 t, aunque hay registros de ejemplares de más de 30 m de longitud y más de 170 t de peso, lo que la convierten en el mayor animal existente en la actualidad y también en el mayor del que se tenga conocimiento que haya existido nunca en la Tierra.
Largo y estilizado, el cuerpo de este mamífero marino es de color gris azulado a lo largo del dorso y algo más claro en la zona ventral. Existen al menos tres subespecies distintas: B. m. musculus, del Atlántico Norte y Pacífico Norte; B. m. intermedia, del océano Antártico y la B. m. brevicauda (también conocida como ballena azul pigmea), que se encuentra en el Índico y en el Pacífico Sur. Existen dudas sobre la atribución como una cuarta subespecie de la B. m. indica, que también se encuentra en el océano Índico. Como otras ballenas barbadas, su dieta consiste principalmente en pequeños crustáceos conocidos como krill.
Los rorcuales azules eran abundantes en casi todos los océanos hasta comienzos del siglo XX. Durante más de 40 años fueron cazadas hasta casi su extinción, lo que obligó a su protección por la comunidad internacional en 1966. Un informe de 2002 estimó su número entre 5.000 y 12.000 ballenas azules en todo el mundo, localizadas en al menos cinco grupos, aunque una investigación más reciente sobre la subespecie pigmea sugieren que estos datos pueden ser una subestimación. Antes del comienzo de la caza comercial de ballenas, la población más numerosa era la de la Antártida, con alrededor de 239.000 ejemplares (entre 202.000 y 311.000). Actualmente sólo quedan concentraciones mucho menores (de alrededor de 2.000 individuos) en el Pacífico nororiental, Antártico e Índico. Hay dos grupos más en el Atlántico Norte y por lo menos dos en el Hemisferio Sur.
 
Taxonomía

Aunque suele llamarse a todos los misticetos «ballenas», esta denominación se reserva solo a la familia Balaenidae. Las llamadas ballenas azules en realidad son rorcuales (familia Balaenopteridae), una familia que incluye a la yubarta, el rorcual común, el rorcual de Bryde, el rorcual boreal y el rorcual albiblanco. Se cree que la familia Balaenopteridae divergió de otras familias del suborden Mysticeti ya en el Oligoceno medio; sin embargo se desconoce cuándo se separaron entre sí los miembros de esa familia. Al rorcual azul normalmente se la clasifica como una de las ocho especies de rorcuales incluidas en el género Balaenoptera, y aunque una autoridad la clasificó en un género separado, Sibbaldus, esta clasificación no fue aceptada por nadie más. Recientes análisis de secuenciación de ADN indican que está filogenéticamente más cerca del rorcual boreal (Balaenoptera borealis) y el rorcual de Bryde (Balaenoptera brydei) que de otros miembros de la familia Balaenoptera, y más cerca de la yubarta (Megaptera) y la ballena gris (Eschrichtius) que de los rorcuales albiblanco(Balaenoptera acutorostrata y austral Balaenoptera bonaerensis). Si futuras investigaciones confirmaran estas relaciones, sería necesario clasificar de nuevo los rorcuales.
Existen casos documentados de híbridos entre rorcuales azules y rorcuales comunes en el hábitat natural, pero se desconoce la capacidad reproductiva de estos híbridos. Arnason y Gullberg describieron la distancia genética entre el rorcual común y el rorcual azul como la misma que existe entre el ser humano y el gorila.

Descripción y comportamiento

El rorcual azul tiene un cuerpo largo y esbelto que parece delgado en comparación con la constitución más rechoncha de otros misticetos. La cabeza es grande (abarca aproximadamente un cuarto de su cuerpo), plana y en forma de «U», con una cresta que va desde los espiráculos hasta el extremo anterior del rostro. La parte frontal de la boca es gruesa con entre 300 y 400 barbas a cada uno de sus lados, cada barba con una longitud de alrededor de un metro, y que cuelgan de la mandíbula superior, son particularmente anchas (50 cm) en proporción a su longitud. Tiene entre 55 y 88 surcos (llamados pliegues ventrales) a lo largo de la garganta y paralelos al cuerpo. Estos pliegues ayudan a la evacuación del agua de la boca después de sus «embestidas» para alimentarse. La aleta dorsal (sólo visible brevemente durante la secuencia de sumersión) está situada al inicio del último cuarto del cuerpo y es pequeña y de forma variable (triangular, redondeada, ligeramente falcada o apenas una pequeña protuberancia). Cuando sale a la superficie para respirar, saca su espalda y el espiráculo fuera del agua en mayor medida que otros grandes misticetos como el rorcual común o el rorcual boreal. Esta característica puede ser utilizada por los observadores para diferenciarla de estas especies en alta mar. Antes de iniciar una maniobra para sumergirse a gran profundidad, suelen sacar su aleta caudal fuera del agua. Cuando respira en la superficie, el rorcual emite un denso y espectacular chorro de agua que puede alcanzar una altura de entre 6 y 12 m, (generalmente en torno a los 9 m) que puede ser visto desde una gran distancia en un día de mar tranquilo. Su capacidad pulmonar es de 5.000 litros. Los rorcuales azules tienen un espiráculo doble, protegido anterior y lateralmente por una prominencia mayor que en los demás rorcuales.
Las aletas pectorales tienen forma puntiaguda y una longitud de tres o cuatro metros con la parte superior de color gris con un fino borde de color blanco y el lado inferior de color blanco. La cabeza y la aleta caudal son por lo general uniformemente grises. La parte superior del rorcual, y a veces las aletas, son habitualmente moteadas en un grado que varía considerablemente de un individuo a otro y así unas pueden tener un color uniforme gris pizarra por todo el cuerpo, pero otras muestran una variación considerable de azul oscuro, gris y negro, todas con pequeñas manchas a lo largo de todo el cuerpo. Su vientre muchas veces tiene un color grisáceo o amarillento, debido al roce de los misticetos con microorganismos llamados diatomeas en las frías aguas del Antártico, el Pacífico Norte y el Atlántico Norte.

Tamaño

Debido a su enorme tamaño, los rorcuales azules son difíciles de pesar. La mayoría de los rorcuales capturados por barcos balleneros no eran pesados enteros, sino que primero se cortaban en piezas más manejables. Esto causó una subestimación del peso total de los rorcuales debido a la pérdida de sangre y otros fluidos. Aún teniendo en cuenta lo anterior, un ejemplar adulto puede medir entre 24 y 27 metros de longitud y pesar entre 100 y 120 toneladas. El mayor rorcual azul del que se tiene constancia medía 33,6 m y la mayor longitud validada científicamente fue de 29,9 m. El de mayor peso fue una hembra capturada en las Georgias del Sur en 1947, que pesó 173 toneladas. Los rorcuales del Hemisferio Sur son generalmente mayores que los del Norte y las hembras son mayores que los machos.
El rorcual azul está considerado como el animal más grande que haya existido nunca en la Tierra. El mayor dinosaurio conocido de la era Mesozoica fue el Argentinosaurus, que se estima que pesaba hasta 90 toneladas, aunque una polémica vértebra de Amphicoelias fragillimus podría indicar un animal de hasta 122 toneladas y 40–60 metros; el pez extinto Leedsichthys puede haberse acercado a su tamaño. Aún teniendo en cuenta la dificultad de encontrar fósiles completos y que su peso sólo puede estimarse, todos estos animales serían más pequeños que la ballena azul.

Alimentación

Los rorcuales azules se alimentan casi exclusivamente de krill, aunque también ingieran pequeñas cantidades de copépodos. La especie concreta a la que pertenece el zooplancton del que se alimentan varía de un océano a otro; en el Atlántico Norte el Meganyctiphanes norvegica, Thysanoessa raschii, Thysanoessa inermis y Thysanoessa longicaudata son su alimento habitual, en el Pacífico Norte, Euphausia pacifica, Thysanoessa spinifera, Thysanoessa raschii y Nyctiphanes symplex; por último, en el Antártico, Euphausia superba, Euphausia crystallorophias y Euphausia valentin.
Un adulto puede ingerir hasta 40 millones de krill en un día. Los rorcuales siempre se alimentan en las áreas con la concentración más alta de krill y pueden llegar a consumir durante la temporada alta de alimentación hasta 4 toneladas de este crustáceo en un día, aunque hay informes de consumos de hasta 8 t.
 Los requerimientos de aporte energético de un rorcual adulto están en torno a los 1,5 millones de calorías cada día. Generalmente se alimentan a profundidades de más de 100 m durante el día y sólo se alimentan en la superficie de noche. Las inmersiones durante su alimentación son generalmente de entre cinco y quince minutos, aunque inmersiones de hasta veinte minutos son habituales y existen registros de hasta treinta y seis minutos de duración.

Ciclo vital

 La época de apareamiento comienza a finales de otoño y continúa hasta el final del invierno. Poco se sabe sobre el comportamiento de acoplamiento o lugares de cría. Las hembras generalmente dan a luz una vez cada dos a tres años a principios de invierno tras de un periodo de gestación de diez a doce meses. La cría pesa casi tres toneladas y mide alrededor de 7-8 m de longitud. Los ballenatos beben unos trescientos ochenta litros de leche al día y aumentan unos noventa kilogramos de peso también cada día. El destete ocurre aproximadamente a los ocho meses de edad; en ese momento la cría ya ha doblado su longitud. La madurez sexual de los machos se produce aproximadamente a los cinco años de edad, cuando miden en torno a 20-21 m y la de las hembras cuando miden de 21-23 m, también a los cinco años. La madurez física de los machos en el Hemisferio Norte se produce cuando alcanzan los 24 m de longitud, mientras que las hembras la alcanzan a los 25 m. Los científicos estiman que los rorcuales azules pueden vivir hasta 80 años o más.

Otras amenazas:

Debido a su enorme tamaño, fuerza y velocidad, los rorcuales azules adultos no tienen prácticamente ningún depredador natural. El único animal del que se tiene conocimiento es la orca. Existen informes documentados de ataques de estos animales, como un estudio que mostraba que en el mar de Cortés no menos del 25% de rorcuales azules adultos tenían cicatrices resultado del ataque de orcas y la muerte de un rorcual en Baja California víctima de su ataque, así como un reportaje en la revista National Geographic de un rorcual azul atacado por orcas donde, aunque las orcas fueron incapaces de matar al animal durante su ataque, el rorcual sufrió importantes y numerosas heridas y probablemente murió a consecuencia de ellas poco después del ataque. Sin embargo, aunque está demostrado que las orcas atacan y pueden matar un rorcual azul, el índice de mortalidad debido a estos ataques se desconoce.
Los rorcuales azules pueden ser heridos, a veces fatalmente, a causa de choques con buques de gran tamaño en alta mar y también al quedar enredadas o atrapadas en redes de pesca. El continuo aumento del ruido ambiente producido por el ser humano en el océano, incluido el sonar, ahoga las vocalizaciones producidas por los cetáceos, dificultando su comunicación. Las amenazas humanas para la potencial recuperación de su población también incluyen la acumulación de bifenilos policlorados (PCB) y otros productos químicos que ingieren al alimentarse y que se transmiten a las crías a través de la leche materna.
El calentamiento global hace que glaciares y permafrost se derritan rápidamente, lo que conlleva un gran incremento en la cantidad de agua dulce en los océanos y existe el riesgo de alcanzar un punto crítico en ese incremento que pueda llevar a una perturbación en la circulación termohalina. Como la mayor parte de los cetáceos los rorcuales azules son migratorios y pasan el verano en latitudes altas, más frías, donde se alimentan en aguas con abundancia de krill; en invierno se trasladan a latitudes bajas, más cálidas, donde se aparean y dan a luz. Teniendo en cuenta que sus modelos migratorios están basados en la temperatura del océano, un cambio en esta circulación que desplaza el agua caliente y fría alrededor del mundo probablemente tendría efectos en su migración. El cambio de la temperatura del océano también afectaría a su suministro de comida, pues el calentamiento provocaría una disminución en los niveles de salinidad que causarían un cambio significativo en situación y abundancia del krill.

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